Por Diego López Silva, Director de Debt Advisory de BlueBull

Silicon Valley Bank, el banco que tomó hace ya 40 años el nombre de la meca del emprendimiento, era el financiador de más de la mitad de las startups norteamericanas participadas por Venture Capitals (VCs). El prestamista que mejor entendía la naturaleza y las dinámicas del ecosistema.

Por eso, su caída hizo entrar en pánico a los mercados en un episodio de inestabilidad financiera que no se recordaba desde Lehman Brothers. La marea arrastró también a varios bancos regionales americanos, el más destacado First Republic Bank, que pese al primer rescate de varias entidades financieras norteamericanas continúa sembrando dudas tras su reciente rebaja de rating por parte de S&P.

Pese a que la volatilidad continuará en la banca en el corto plazo (en EEUU por SVB y en Europa por la inestabilidad ocasionada por Credit Suisse), desde BlueBull compartimos las primeras reflexiones y extraer ciertas conclusiones sobre lo sucedido en EEUU.

Enseñanzas

La tormenta perfecta: una mala gestión de sus pasivos por una cobertura inadecuada del riesgo de tipo de interés, unida a una cartera de clientes con necesidades crecientes de cash por disponer de menor liquidez (liquidez, que no dry-powder) de VCs y fondos de equity, poco diversificada y tremendamente interconectada, ha originado un desenlace rápido y devastador.

No es una caída cualquiera: pese a la recuperación de los depósitos es una trágica noticia para el sector, ya que se trata de la entidad más activa en financiación a startups de EEUU y una de las principales de UK. La entidad se fundó hace 40 años para dar servicio a startups y su nivel de entendimiento de este ecosistema era incomparable. Hablamos de la entidad líder de venture y growth debt en EEUU y el banco que ha acompañado y visto crecer a muchas de las principales compañías tecnológicas de EEUU.

Sería un tremendo error correlacionar una mala praxis de liability management con las inversiones de SVB: el principal problema no ha sido que el ecosistema fuera incapaz de hacer frente a sus obligaciones, sino que la propia etidad no ha sabido gestionar su riesgo de tipo de interés en medio de una de las políticas restrictivas más agresivas que se recuerdan. En otras palabras, sería un error que la financiación a este tipo de compañías se viera lastrada por algo que poco ha tenido que ver con el riesgo de crédito subyacente de este tipo de compañías. Pese a todo, y como señalábamos antes, el hecho de que el principal actor del mercado desaparezca tendrá una repercusión directa y evidente aún difícil de cuantificar.

La capacidad de reacción y la respuesta generalizada del ecosistema ha sido ejemplar: los VCs, founders, fondos, financiadores, asesores, etc han demostrado que existe una solidaridad especial en este sector que hace que esta comunidad “arrime el hombro” en los momentos difíciles, con su tiempo, sus contactos, su conocimiento y su dedicación. A modo de ejemplo, hay empresas que han estado trabajando durante todo el fin de semana (aún a riesgo de que dicho trabajo cayera en saco roto, como ha sido el caso) para montar soluciones de liquidez inmediata, para que las empresas pudieran continuar pagando la nómina a sus empleados en caso de que la FED no garantizaran la totalidad de los depósitos.

Diversificación a todos los niveles: las startups deben aprender que la diversificación no sólo es necesaria para su negocio o para las finanzas personales, sino también para la gestión de su liquidez y su circulante. Trabajar con más de una entidad puede no ser lo más eficiente, pero sí lo más seguro. SVB era sin duda la entidad con más conocimiento en el sector, pero también la menos diversificada. La gestión del riesgo de una compañía debe extenderse a todos los ámbitos.

Consecuencias

¿Qué sucede ahora con los depósitos y con los préstamos vivos con SVB? Las entidades han podido acceder desde ayer a sus depósitos, pero de momento no está habilitada la opción de transferir fondos al extranjero. Sí que están permitidas las transferencias nacionales. Por otro lado, el hecho de que ahora sea FDIC quien gestiona estos préstamos no altera en absoluto las condiciones del contrato. Las compañías deberán seguir abonando sus pagos de interés y principal con normalidad, sólo que ahora lo harán a FDIC (o a su eventual sucesor). Si FDIC vendiera esos préstamos a un tercero, notificaría a los borrowers por email antes de hacerlo.

Futuro aún más incierto del sector tech: si la situación ya era significativamente más difícil que la de hace un año, debido al panorama macro, que se ha traducido en una menor inversión de los mercados de equity, la desaparición del principal proveedor de financiación en EEUU hará más necesaria aún la actuación de otros proveedores de deuda alternativos.

Oportunidad para los fondos de venture debt: dado que hablamos de un producto donde la delta entre el coste que cobra un fondo de venture debt respecto al que cobra un banco especializado en financiar startups es significativamente menor al que existe entre fondos de direct lending y la financiación bancaria a empresas más tradicionales, es lógico pensar que a la luz de los recientes eventos las empresas mostrarán una mayor tendencia a financiarse con fondos de venture debt, frente a bancos especializados. Dichos fondos, además de estar sujetos a una regulación más laxa, poseen periodos mínimos de inversión que hacen mucho más sencilla la gestión de su capital, minimizando la posibilidad de este tipo de eventos. Otra historia diferente son los grandes bancos que, como ahora HSBC en UK, cuenten con unidades específicas de financiación a startups, ya que en estos casos este negocio constituirá una parte residual de un total activo muy diversificado. Sin embargo, estos últimos serán, por lo general, menos ágiles y habrá que ver si son capaces de atender las necesidades de liquidez de empresas de menor tamaño.

El loan book de SVB deberá traspasarse a otra entidad: pero más importante aún, deberá posteriormente refinanciarse.

Cómo navegar en la incertidumbre

En BlueBull Partners estamos preparados para apoyar a todas aquellas compañías que estén sufriendo directa o indirectamente las consecuencias de estos sucesos para diseñar soluciones que garanticen su viabilidad en el largo plazo y para ofrecer alternativas de financiación a SVB.

El mercado europeo cada vez cuenta con más actores capaces de proveer financiación en forma de deuda a compañías en crecimiento, que entienden que la realidad de estas compañías es tremendamente cambiante, no sólo debido a factores internos o externos de sus principales stakeholders, sino también a factores macroeconómicos.

Un asesor financiero puede ayudar a mitigar los eventos de incertidumbre mediante una correcta estructuración de la financiación. Es algo imprescindible para mejorar la capacidad de maniobra frente a lo incierto: desde el endeudamiento permitido, la flexibilidad de los covenants (si los hay), los eventos de incumplimiento o la ejecución de las garantías.

Nuestro objetivo es dotar a nuestros clientes de todas las herramientas y mecanismos posibles para navegar la incertidumbre de la manera más exitosa.

“Un asesor financiero puede ayudar a mitigar los eventos de incertidumbre mediante una correcta estructuración de la financiación. Es algo imprescindible para mejorar la capacidad de maniobra frente a lo incierto”